A veces la grandeza de un artista se mide con su capacidad para rendir homenaje a otros. De la generosidad de Bruce Springsteen a estas alturas nadie puede dudar. Hace unos días buscó un punto de encuentro con un artista en principio tan diferente como Prince para rendirle homenaje. El Boss y la E Street Band comenzaron su concierto en Brooklyn con una sensacional versión de «Purple Rain», una de las superbaladas de la historia de la música.
Ahora vayamos a 2004. George Harrison ingresa en el Hall Of Fame, tres años después de su muerte. Sus amigos Tom Petty y Jeff Lyne le rinden homenaje con una majestuosa versión de «While My Guitar Glenty Weeps». Steve Winwood está en los teclados. La sorpresa está en un extremo del escenario. Prince, el esquivo y ególatra Prince, con un sombrero de copa rojo, regala a la memoria de George Harrison
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